Compliance para la prevención de la violencia de género en instituciones de educación superior

Compliance para la prevención de la violencia de género en instituciones de educación superior

El pasado 15 de septiembre se publicó en el Diario Oficial la Ley N°21.369 que regula el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la Educación Superior. Esto responde a las distintas manifestaciones que se han llevado a cabo, en los últimos años, en las distintas casas de estudio a lo largo del país, en las cuales se exigían protocolos y sanciones frente a estos casos.

El artículo 1° de la ley establece claramente cuál es el objetivo de la ley: promover políticas orientadas a prevenir, investigar, sancionar y erradicar el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género; proteger y reparar a las víctimas; establecer ambientes seguros y libres de acoso sexual, violencia y discriminación de género, para todas las personas que se asistan a comunidades académicas de educación superior.

La ley exige a las instituciones de educación superior contar con una política integral contra el acoso sexual, la violencia y la discriminación de género, que deberá contener un modelo de prevención y un modelo de sanción. Además, se exige que en la redacción de dicha política participen todos los estamentos que conforman la institución de educación superior.

Si bien muchas universidades e institutos profesionales han ido adoptando políticas en caso de acoso sexual, violencia y discriminación, la Ley N°21.369 establece una serie exigencias que deberán contener las políticas, las cuales estarán sujetas a fiscalización por parte de la autoridad, por lo en más de algún caso, implicará modificar las políticas existentes.

Por ejemplo, en el artículo 5° de la ley, se establecen las medidas que deberá contener el modelo de prevencióndiagnóstico de actividades que se realicen al interior de la respectiva institución y puedan implicar un riesgo; conjunto de medidas dirigidas a prevenir los riesgoscampañas de sensibilización e información de derechos humanos, acoso sexual, violencia y discriminación de género; capacitaciones a funcionarios y académicos; incorporar contenidos de derechos humanos, acoso sexual, violencia de género y discriminación en los planes curriculares; e, incluir las políticas en los procesos de inducción.

Las instituciones de educación superior tendrán plazo hasta el 15 de septiembre de 2022 para implementar los modelos de prevención y modelos de sanción y, una vez implementados, se les otorga un plazo de 90 días -prorrogable por 30 días- para el perfeccionamiento de los modelos y orientación o capacitación del personal.

Desde la Superintendencia de Educación Superior han sido enfáticos en que sancionarán a las casas de estudios que no cumplan con una política integral contra el acoso sexual, la violencia y discriminación, según lo establece la ley, a tal punto, que no podrán obtener su acreditación institucional.

Todo lo anteriormente mencionado se traduce en un exhaustivo proceso que deberán llevar a cabo las instituciones de educación superior. La implementación de un modelo de prevención y sanción acorde a las exigencias establecidas en la Ley N°21.369 apunta a prevenir, sancionar y erradicar el acoso sexual, la violencia y discriminación de género, y, asegurar ambientes seguros.

Esto es posible en la medida en que se cumpla con todas las etapas que implica este proceso, y entendiendo que el trabajo no termina una vez redactados los modelos de prevención y sanción, sino que la implementación, capacitaciones y constante revisión y actualización son claves para poder asegurar los objetivos que establece la ley.

Por qué las empresas y los oficiales de cumplimiento deben adoptar criterios ESG

Por qué las empresas y los oficiales de cumplimiento deben adoptar criterios ESG

Desde “Gobernanza” y con foco en anticorrupción

Ambiental, Social y Gobernanza (ESG); la inversión de impacto y la sostenibilidad son términos que las empresas pueden considerar que están fuera del alcance de su programa de compliance y de ética. 

Sin embargo, los principios de ESG pueden ayudar a las empresas, fiduciarios y oficiales de cumplimiento a cumplir con sus responsabilidades.

Hacia una nueva Gobernanza

La gobernanza en materia de criterios ESG se aleja del entendimiento tradicional de la responsabilidad fiduciaria de los directores, con base en un modelo de control jerárquico y la adecuada gestión y administración de la empresa. 

Gobernanza significa comenzar a dirigirse  hacia un nuevo estilo de gobierno corporativo que se refleja en una mayor cooperación del directorio con terceros y reguladores, abarcando múltiples aspectos, entre los que se encuentran la ética y transparencia de los negocios; las medidas de combate contra el soborno, corrupción y lavado de activos; la adecuada gestión financiera y cumplimiento fiscal; el contralor de las donaciones al sector privado y público, incluyendo partidos políticos; las auditorías y controles internos sobre cumplimiento normativo; y el respeto y salvaguarda de los derechos e intereses de los stakeholders, desde accionistas e inversores hasta clientes y empleados. 

Importancia de los programas anticorrupción  

La corrupción es uno de los principales temas ESG que los inversores y financistas analizan en la toma de sus decisiones, sea para la realización de aportes o incluso en procesos de fusiones y adquisiciones. Sumado a esto, existen exigencias en todo el mundo y desde todos los sectores para una mayor transparencia, independientemente de las regulaciones locales.

Por tanto, una adecuada gobernanza corporativa debe considerar la implementación de un programa efectivo para gestionar los riesgos de soborno y corrupción que puedan afectar a la empresa. Estos riesgos no solo exponen a responsabilidad civil, administrativa o penal, sino también a riesgos operacionales y reputacionales que hoy en día adquieren una trascendencia nunca vista bajo la influencia de la globalización y uso de nuevas tecnologías.

Desde la mirada de accionistas e inversores

Las empresas comienzan a vislumbrar que un adecuado manejo y planificación del gobierno corporativo podría tener un efecto positivo sobre la rentabilidad y la productividad en el mediano y largo plazo. 

Estas ventajas competitivas serán las que redunden en empresas más atractivas para accionistas e inversores, quienes comienzan a identificar y evaluar los riesgos de exposición en temas de factores ESG como uno de los aspectos fundamentales en la toma de sus decisiones. 

Con la evolución y desarrollo de este tema, existe una importante oportunidad para las empresas que se encuentran trabajando en el fortalecimiento de sus programas anticorrupción en el marco de sus políticas ESG. 

Acciones concretas que las empresas pueden tomar para incorporar factores ESG de gobernanza son las siguientes: 

  • Analizar los procesos que tiene la empresa para identificar dónde hay oportunidades de mejora y qué factores pueden estar impidiendo el progreso.
  • Confeccionar una matriz de riesgo que permita identificar riesgos recurrentes y residuales.
  • Diseñar un programa anticorrupción con base en los riesgos detectados de forma de gestionarlos en forma eficiente.
  • Diseñar un código de ética y una adecuada política anticorrupción.
  • Realizar el debido conocimiento de empleados, clientes, proveedores y socios de negocios, haciendo énfasis en los factores ESG que la empresa quiera implementar..
  • Habilitar líneas de denuncias en el marco de un proceso que asegure garantías y protección al denunciante.
  • Capacitar a empleados y personal superior.
  • Realizar auditorías recurrentes sobre los distintos aspectos del programa en funcionamiento.